top of page
  • Cristina Blanco

¿YA ES HORA DE QUE PODAMOS HABLARLO?​

¿YA ES HORA DE QUE PODAMOS HABLARLO?


La luz que iluminaba la mesa me molestaba. Me froté los ojos y oí que me decías:

-Ninguno de los dos dijo que esto duraría para siempre.


-No nos dio tiempo.


Bebí otro sorbo de café porque esto estaba siendo una charla distendida y yo hacía rato que estaba conteniéndome las ganas de confesarte cosas. Ojalá nos hubiésemos encontrado otro día en el que yo me hubiese vestido mejor y no tuviese esta resaca horrible, así se me haría menos complicado mantener la imagen de que (todo) estaba bien. Llevábamos media hora intentando encontrar de qué hablar sin que el tema nos incomodase a ninguno, y el café se me había enfriado.

Los metros cuadrados de mesa que nos separaban eran un campo de minas que queríamos sortear a toda costa para demostrarnos lo maduros que éramos y que podíamos mantener una conversación civilizada. Eso nos dejaba callados la mayor parte del tiempo y a mí lo único que me apetecía era preguntarte por qué no me habías respondido al WhatsApp larguísimo que te envié. Toda mi capacidad neuronal estaba monopolizada por un intenso dolor de cabeza y por esa pregunta que no podía hacerte pero que tampoco me dejaba energías para fingir que me apasionaba hablar del tiempo.

¿Si te lo preguntase me responderías la verdad? El camarero había pasado varias veces a nuestro lado y tú tampoco habías pedido la cuenta. ¿Te quedaban también a ti cosas por decir? Ya era hora de que pudiéramos hablarlo, ¿no? Han pasado varios meses, la cosa se ha enfriado… ¿O ya no tiene sentido una conversación sobre lo que fuimos? ¿Era el momento? La verdad es que tampoco se nos dio bien averiguarlo el verano pasado, por eso acordamos que todo iría mejor si no nos lo tomábamos en serio, así nos quitaríamos la presión y todo fluiría mejor. ¿Qué nos ha pasado como generación que tenemos grabado a fuego que tomarnos las cosas en serio es lo que las estropea?

bottom of page